La educación está cambiando y a veces se entiende como responsabilidad solamente de los profesores y a veces de los padres, pero en la filosofía de Reggio Emilia se identifica un Tercer Maestro, el medio ambiente, el entorno.
Si consideramos el medio ambiente como educador incidiremos en la contribución de éste en el aprendizaje de los alumnos. Las experiencias de los niños se limitan por los lugares que habitan, en ellos se producen la interacción con los iguales, desarrollan la autonomía e independencia, aumentan las habilidades de comunicación, conocimiento y razonamiento.
La arquitecta actual aplicada a la escuela crea espacios abiertos, interactivos nada convencionales como reseña el artículo Cuatro colegios que asombran por su arquitectura. A los niños les encanta crear sus propios mundos a su nivel, en cualquier entorno que pueden manipular o modificar. La infancia es a menudo el primer lugar en el que empezamos a ver y utilizar el espacio de forma imaginativa.
Los nuevos entornos fomentan el aprendizaje activo mediante la experimentación y manipulación, provocan la interacción social con distintos alumnos de distintas edades y potencian la curiosidad sobre el mundo que le rodea.
Los maestros pueden concebir cambios en el aula para adaptarse a su metodología o pedagogía como llevo a cabo Mª del Mar Andreu Diseño de aula e inteligencias múltiples: una experiencia en China.
Las escuelas del siglo XXI piden una renovación estructural acorde con la renovación educativa El diseño se cuela en las aulas .
Para conocer cómo influyen los espacios en el aprendizaje y cómo predisponen a los alumnos os remitimos a dos entrevistas realizados a dos arquitectos en Aika Educación, Antonio Martire: “El contexto físico y tecnológico debe responder a un diseño didáctico compartido” y C. Francesch: “Los ambientes confortables y personalizados incrementan un 25% el rendimiento de los alumnos” .
Fotografias de Katsuhisa Kida del proyecto Yoshino Nursery School and Kindergarten – Tezuka Architects
